Durante los primeros días del mes de Junio las Comunidades Autónomas inician el periodo de las campañas contra incendios. Debido a las altas temperaturas, ambientes extremadamente secos y sobre todo la mano del hombre, es triste pero habitual el comprobar como año tras año las pérdidas de nuestros bosques se incrementan exponencialmente.
Por ello, y para sofocar los grandes infiernos en los que se convierten los incendios forestales, se cuenta con la ayuda inestimable de profesionales y voluntarios, que poniendo su vida en peligro, mitigan y sofocan esos grandes incendios.
Entre ellos, técnicos forestales, bomberos, auxiliares de extinción, brigadas helitransportadas y nuestros medios aéreos. Sin cualquiera de ellos, se haría prácticamente imposible la extinción de las grandes llamaradas, las cuales no entienden de bosques, casas o vidas humanas, y arrasan todo aquello que encuentran en su camino.
Pero quizá son los medios aéreos los que debido a su naturaleza, pueden atacar de manera principal la parte más vulnerable de este enemigo, ya que desde el aire focalizan la descarga de agua y agentes químicos a cualquier zona del incendio, muchas veces inaccesible por tierra debido a las altas temperaturas que alcanza estos desastres.
Y en este campo, los helicópteros, aún teniendo la capacidad de carga de agua claramente reducida en comparación con los aviones, son de gran importancia por varias razones. La primera, porque debido a la no necesidad de un aeródromo para despegar y aterrizar, pueden mantener las bases de los retenes en puntos estratégicos de bosques y zonas confinadas.
Además, al poder volar en estacionario, es decir, sin movimiento respecto al suelo, pueden recoger agua de cualquier pequeño pantano o piscina, y acelerar así la descarga sobre la zona del incendio
Por esta razón también pueden desplegar al retén helitransportado a cualquier lugar del incendio, disponiendo así del personal en el lado del incendio más adecuado sin necesidad de buscar caminos ni carreteras.
En definitiva, y como parte integrante de esta labor, el helicóptero es pieza fundamental en la extinción de los incendios.
Aunque no voy a finalizar sin dejar claro que no son los helicópteros o los aviones, o los camiones de bomberos quienes apagan los fuegos. Son, y como he dicho antes, las personas que independientemente de su función, ponen sus vidas a disposición de los ciudadanos y a quienes me gustaría agradecer todo su esfuerzo. Sirva el siguiente vídeo como homenaje.
Por ello, y para sofocar los grandes infiernos en los que se convierten los incendios forestales, se cuenta con la ayuda inestimable de profesionales y voluntarios, que poniendo su vida en peligro, mitigan y sofocan esos grandes incendios.
Entre ellos, técnicos forestales, bomberos, auxiliares de extinción, brigadas helitransportadas y nuestros medios aéreos. Sin cualquiera de ellos, se haría prácticamente imposible la extinción de las grandes llamaradas, las cuales no entienden de bosques, casas o vidas humanas, y arrasan todo aquello que encuentran en su camino.
Pero quizá son los medios aéreos los que debido a su naturaleza, pueden atacar de manera principal la parte más vulnerable de este enemigo, ya que desde el aire focalizan la descarga de agua y agentes químicos a cualquier zona del incendio, muchas veces inaccesible por tierra debido a las altas temperaturas que alcanza estos desastres.
Y en este campo, los helicópteros, aún teniendo la capacidad de carga de agua claramente reducida en comparación con los aviones, son de gran importancia por varias razones. La primera, porque debido a la no necesidad de un aeródromo para despegar y aterrizar, pueden mantener las bases de los retenes en puntos estratégicos de bosques y zonas confinadas.
Además, al poder volar en estacionario, es decir, sin movimiento respecto al suelo, pueden recoger agua de cualquier pequeño pantano o piscina, y acelerar así la descarga sobre la zona del incendio
Por esta razón también pueden desplegar al retén helitransportado a cualquier lugar del incendio, disponiendo así del personal en el lado del incendio más adecuado sin necesidad de buscar caminos ni carreteras.
En definitiva, y como parte integrante de esta labor, el helicóptero es pieza fundamental en la extinción de los incendios.
Aunque no voy a finalizar sin dejar claro que no son los helicópteros o los aviones, o los camiones de bomberos quienes apagan los fuegos. Son, y como he dicho antes, las personas que independientemente de su función, ponen sus vidas a disposición de los ciudadanos y a quienes me gustaría agradecer todo su esfuerzo. Sirva el siguiente vídeo como homenaje.
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